Mar González-Franco

De niña quería ser “un poco de todo”, por eso cree que acabó siendo investigadora, y se declara afortunada por poder trabajar con muchos de los referentes a los que admira. Se inspira en mirar a su alrededor las cosas que faltan y se confiesa tecnoptimista, aunque piensa que no todo es siempre positivo en la tecnología.

Para alcanzar el éxito considera que es imprescindible no perder la energía para transformarla hacia el siguiente paso y afirma que, precisamente, una empresa llega a ser grande porque ha sabido escalar antes cómo innovar. Sin embargo, dice que muchas empresas con un largo recorrido se han olvidado de que en realidad empezaron como una start-up y anima a las start-ups a crecer y a no tener miedo de hacerse grandes.

Sobre la tecnología nos habla de cómo la realidad virtual cambiará la forma de trabajar, en especial para aquellos que actualmente no utilizan a diario el ordenador y que será normal ver a un tendero con el Hololens, porque está convencida de que el futuro es de los humanos y las máquinas están para ayudarnos.

En cuanto a España, considera que existe mucho talento y que hay grandes ingenieros, pero que también es necesario atraer talento de fuera, aunque no sea necesariamente español. Y afirma que en nuestro país hay un gran nivel de educación pública y que la gente sale muy bien preparada, aunque cree necesaria una mayor colaboración universidad-empresa. También vaticina que en los próximos años habrá un cambio radical en la universidad española originado por la gente que va a regresar a España con una cultura completamente diferente.

Se felicita por los pasos que el Gobierno español está dando con los proyectos de transformación y digitalización que está llevando a cabo, porque hay que cambiar el paradigma: no solo que existan empresas tecnológicas, sino que todas las empresas sean tecnológicas.