Carmen Bustos | Soulsight

"En los negocios del futuro creo que las empresas tienen que cultivar y cuidar a las personas. El futuro pasa por cuidar"

Exploradora, reflexiva y curiosa por naturaleza desde que era niña, le gusta dejarse sorprender por la vida y adentrarse en la mente humana para descubrir el porqué de nuestra forma de actuar y ser en el mundo. Por eso, decidió que las humanidades eran lo suyo.

No recuerda el momento concreto en que decidió emprender y crear Soulsight ni que tuviera la determinación de hacerlo, pero “fueron un cúmulo de circunstancias que se fueron dando” y, tras finalizar su carrera y tener diferentes experiencias con emprendedores o de impacto social, se unió a Eduardo Beotas para comenzar su proyecto empresarial en el que tuvieron siempre claro que lo suyo era “hacer cosas que realmente cambiará la vida de las personas”. Querían ayudar a las organizaciones y crear entornos de mayor bienestar, haciendo del mundo un lugar mucho más interesante y próspero”.

Abordamos con Carmen Bustos su visión sobre el emprendimiento y sobre su evolución en la sociedad y nos contesta: “Yo soy un poco crítica, la verdad, porque creo que hay una cara del emprendimiento a la que se le da mucha visibilidad, que es el emprendimiento tecnológico y este es un emprendimiento que, para mí, está muy basado en el corto plazo porque es más en cómo identifico una oportunidad para generar un crecimiento a una escala rápida. Y luego, hay otra vertiente, que es menos visible, quizá hay menos «sexy», pero también muy relevante, que es la del emprendimiento social. Aquí hay unos desafíos brutales a los que tenemos que dar respuesta. Y queremos emprender proyectos que ayuden a resolverlos, ¿no?”.

Aunque también nos explica que “en el término medio está la virtud porque, por supuesto que cuando uno monta un proyecto tiene que hacer que sea viable, rentable y atractivo, pero se puede conseguir ofreciendo al mundo lo que estás haciendo y poniéndolo al servicio de los demás para mejorar la vida de las personas”. Y aclara: “Lo «social» no tendría que ser un apellido, sino darse por definición; y lo tecnológico no tendría que ser un objetivo, sino un medio. Y es que hay muchas personas que están impulsando proyectos con una misión o con una intención o un sentido que trasciende lo económico y trasciende lo social porque quieren aunar las dos realidades. Crear u ofrecer algo al mundo que no lo vaya a mejorar no tiene sentido”. Obtener beneficios personales no se contrapone a que también tenga un impacto positivo en la colectividad. Insiste. “Y generar belleza, entendiendo la belleza como la entendían los griegos: Vale lo bueno, lo verdadero y lo bello”.

Cuestionarse todo esto a la hora de crear un proyecto posiblemente evitaría el cortoplacismo que vivimos y querer sacarlo adelante “a base de inversión, pulmón, pulmón, pulmón y luego, al final se desinflan y no han generado nada”.

Arquitectos de sentido
Soulsight es una consultora estratégica, en la que “tratamos de entender y comprender muy bien la sociedad y el tiempo que estamos viviendo para ayudar a nuestros clientes a resolver o abordar los desafíos que se les están presentando en sus negocios. Pero, también, se definen como “arquitectos de sentido”. “Además de comprender muy bien el tiempo en el que vivimos, consideramos que también hay que comprender muy bien la naturaleza del ser humano”.

A Carmen le gusta decir que son consultoría estratégica, pero que su apellido es humanista y creativo porque permite a las empresas comprender el tiempo en el que están viviendo y cuando lo hacen de manera profunda, rigurosa y reflexiva, la capacidad de respuesta a los retos que tienen es mucho más valiosa. Esto es lo que esta consultora llama “empresa consciente”.

Por otra parte, en las organizaciones trabajan personas y muchos de los problemas que hay que resolver se basan en las relaciones humanas entre estas. Soulsight también ayuda a esas empresas a crear nuevas formas de trabajar, de liderar y de relacionarse. Así “cuando ayudamos a nuestros clientes a diseñar nuevos productos y servicios también les ayudamos a que estén conectados con la sociedad y con las personas a las que se dirigen. Esa es nuestra razón de ser”.

Piensa que hoy las empresas son muy instrumentales, refiriéndose a la utilidad de las cosas. “Lo que nos está guiando en nuestra toma de decisiones es única y exclusivamente el resultado económico, y es clave, pero cómo se llega a ese resultado, es otra cosa”. “Las organizaciones se tienen que hacer responsables de que no pase lo que estamos viendo hoy (que al final se genera mucho dolor dentro de ellas, con temas de salud mental, de impacto medioambiental), y convertirse en agentes de transformación”. En definitiva, “desde Soulsight facilitamos elevar la consciencia, porque a lo largo de todas las civilizaciones hemos ido elevando nuestro nivel de consciencia y, precisamente hoy, vivimos como vivimos porque somos mucho más conscientes que antes de las cosas, aunque es un trabajo que lleva años”.

La palabra ‘humanidades’ siempre está muy presente en su conversación y en su forma de entender el mundo. “Es la esencia del ser humano”. Por eso, y sin desdecir a las ciencias, que aportan análisis y lógica, reivindica su importancia y utilidad porque “el amor tiene mucho que ver con los negocios. A fin de cuentas, somos seres humanos”. Y es que, justamente, esto es lo que está faltando hoy, la falta de sentido en la sociedad y en las compañías que nos sirvan de guía con una mirada mucho más abierta para lograr nuestro propósito.

El diseño estratégico o el pensamiento de diseño, es decir el design thinking
"Hay dos cosas que a mí me parecen muy importantes: la etimología de las palabras 'diseño' y 'pensamiento' o lo que es lo mismo, design thinking. Diseño viene del latín 'designare', esto es ‘dar sentido’, en definitiva, dar sentido al pensamiento, aclara Carmen.

Las humanidades nos ayudan a dar sentido, por eso esa mezcla tan potente para nosotros. Y también porque el diseño es una disciplina que nos ayuda a aterrizar lo abstracto y a bajarlo a lo concreto, dándole una funcionalidad, una utilidad, a darle no un sentido a las cosas", prosigue.

La cofundadora de Soulsight también nos dice que la falta de tiempo “es como un mantra que nos hemos creído todos y que hay que cuestionarlo porque no es verdad. Es decir, tenemos 24 horas al día y, en nuestra libertad, podemos decidir cómo invertimos ese tiempo. Porque hoy, más que nunca, es necesario pensar”. El pensamiento de diseño es una disciplina que nos ayuda a resolver retos complejos, con una aproximación que, quizás a aquellos perfiles más analíticos, más racionales y lógicos, les da cierta certidumbre.

Por eso en el pensamiento de diseño se le da mucho valor y se dedica muchísimo tiempo a la pregunta para poder marcar el reto y de ahí a generar posibilidades para luego validarlas.

"La incertidumbre no la vamos a eliminar ―connatural al ser humano― y si tú abordas el pensamiento de diseño exclusivamente como una herramienta, como una metodología, como un proceso, pierde todo su potencial. En cambio, si cultivas una mirada compleja, reflexiva, creativa, y te vas nutriendo de otras disciplinas que, no solamente es el conocimiento que tienes de tu mercado, de tu industria, y que te enriquecen muchísimo. Y esa manera de aproximación no deja de también un proceso científico, de ensayo. A través de la prueba-error-ensayo puedes llegar a sitios muy interesantes", explica. 

Y para las organizaciones, si no se cambia la manera de trabajar ―basada exclusivamente en los procesos― las cosas no van a cambiar porque la manera de enfrentarse a ellas va a ser una y otra vez igual. Y eso es porque “no te has hackeado a ti mismo”.

Cada uno vemos la realidad de forma subjetiva, con nuestro sesgo, creencias, prejuicios… Solo vemos una parte. Pero para ver todas las posibilidades es necesario abrir mucho la mente. "A mí me hace mucha gracia cuando la gente quiere emprender, innovar o plantear cosas nuevas y solamente se fija en Jeff Bezos y en Steve Jobs".

A la hora de hablar de cómo las empresas integran en su estrategia el diseño Carmen señala que “nos hemos quedado en la superficie, en lo general Y conste que esto no solo sucede en España, que es maravillosa en muchos sentidos y de verdad que hay una innovación y una creatividad y unos proyectos impresionantes, pero creo que, en general, la sociedad global, debido a los cambios que han ido irrumpiendo en nuestra vida como las redes sociales, la tecnología, que secuestra nuestra atención, la inmediatez… nos llevan a quedarnos en la apariencia de las cosas".

"Hay poco pensamiento crítico, poca reflexión, poca profundidad en los temas. Y luego nos frustramos porque no somos capaces de resolver esto. Normal. Es porque desde la superficie es muy difícil".

Bustos piensa que el diseño tuvo un momento hype. "Llevamos veinte años hablando de pensamiento estratégico y de pensamiento de diseño y recientemente nos han llamado para dar una charla sobre Design thinking y yo me preguntaba: «¿Pero cómo me pueden estar llamando para esto?». Y no es que no sea necesario seguir hablando de esto, pero para aproximarse a los problemas es necesario el compromiso y la valentía. Ir a la raíz de las cosas y profundizar".

Lo vemos en los coles, también en la educación. Por ejemplo, los libros cada vez tienen menos texto, más imágenes o cuando vas a una escuela de negocios "tiene que ser todo práctico y la gente ya no es capaz de ver siquiera una serie, porque la dopamina que estamos buscando no la tenemos. Por eso, el diseño es una disciplina que te exige tiempo, te exige pensar, te exige reflexión y hasta que culturalmente las organizaciones no nos demos cuenta de esto, va a ser muy difícil que ocupe el lugar que tiene que ocupar, pero también soy muy optimista porque trabajo con muchísimos clientes que culturalmente le están dando el peso, el valor y el lugar que se merece".

"La sociedad está dándose cuenta de que nos falta pensamiento crítico y que para resolver lo que tenemos por delante necesitamos creatividad y ese pensamiento crítico", declara Carmen Bustos. "La complejidad que tenemos no es para que cada cual vaya a lo suyo, sino que necesitamos aunar fuerzas. En ese sentido, tengo esperanza, porque sí que veo que hay señales lentamente; señales que nos están diciendo que pongamos el foco en otras cosas y, además, porque estamos viendo que hay cosas que ya no están funcionando. Por eso pienso que hay que evangelizar mucho porque, además, hay una dimensión estratégica en todo esto".

El pensamiento de diseño está íntimamente conectado a la resolución de problemas. Somos seres problemáticos y cuando queremos dar respuesta a un problema hay que pensar. No es suficiente decir cómo actúo. No se trata de actuar solo porque limitamos nuestras posibilidades, nuestras habilidades para resolver.

En este sentido, Carmen apunta que los colegios tienen que preparar a las personas para el mundo en el que van a vivir. La ausencia de pensamiento crítico lleva a una simplificación de la realidad y a una incapacidad de ver la realidad de una manera compleja y los problemas son complejos. El pensamiento de diseño ayuda a cultivar una mirada compleja. La dimensión estratégica de diseño se está integrando en algunos colegios, universidades y escuelas de negocio y por eso es optimista. 

Innovación
Al hablar de esta cuestión Carmen Bustos afirma que tenemos muchísimo miedo. "Si algo no está bajo nuestro control y no podemos actuar sobre ello, operamos desde el miedo, un miedo muy sutil". Por eso, nos invita a plantearnos si la manera en la que tomamos decisiones es más desde el miedo que desde el amor, porque desde el primero, "la energía creativa no fluye y cuando no fluye la energía creativa, la energía creativa está muy ligada al cuidado".

Cuando se actúa desde el miedo es muy difícil innovar, apostata. "Toda la parte prefrontal de nuestro cerebro, que es la que se dedica a la creatividad, se bloquea. Y entonces no estás generando ideas interesantes. En segundo lugar, como estamos tan en la superficie y no nos cultivamos, no nos enriquecemos, solo vemos lo que queremos ver, y ahí también la innovación se limita muchísimo".

En este sentido, retira que hay que "hackear" la mirada de las personas, porque cuidar a las personas desde la supervivencia es difícil. Desde la incertidumbre que estamos viviendo estos años resulta muy difícil, señala. "Por eso es muy importante elevar nuestra conciencia, pero a título individual y personal. Conocernos más, entendernos más, comprendernos. Porque cuando uno se comprende, comprende al de enfrente". A menudo se dan conflictos entre personas de equipos, de organizaciones, que son a causa de una falta de autoconocimiento y eso también frena la innovación y frena el cuidado de las personas.

Muchas empresas dicen que son innovadoras y que tienen políticas de bienestar, "pero rascas un poco y te das cuenta de que la gran mayoría, no voy a decir que todas, son políticas desde la superficie, no desde la raíz. Sin embargo, también digo que hay mucho tejido empresarial en este país. Que tenemos muy buenas empresas, muy buenos empresarios y gente que es consciente de que esto es importante", concluye Bustos. Y se pregunta si es posible que haya innovación si no somos responsables y tenemos una colectividad y una sociedad enfermas con un déficit de salud mental.

Wander, el laboratorio
Carmen nos explica que hace cuatro años intraemprendieron con un proyecto llamado Wander, que es una escuela de exploración y aprendizaje. Tienen unos laboratorios donde exploran las tensiones que hay en la sociedad, desde una mirada no compleja, humanista y reflexiva. a la que se suma una parte de aprendizaje que llaman "viajes de aprendizaje radical", enfocados en las personas que están liderando proyectos relacionados con el bienestar o líderes en general que quieren ir más allá. De esta manera, "abordamos el liderazgo desde una mirada cero convencional, trabajando toda la parte de física cuántica, historia, literatura. En definitiva, un viaje a través de las humanidades, porque cuando vas a la raíz de las cosas y de la naturaleza del ser humano y su esencia, todo cambia y te conecta con lo trascendente. Si bien, tiene que haber una serie de principios y una serie de valores que se den, porque en caso contrario hay organizaciones en las que se habla de propósito y no hay una conexión".

Y es que, los seres humanos nos relacionamos con las cosas y desde ahí establecemos una relación de utilidad, de uso y disfrute. En el siguiente plano la relación con personas es más elevado. "No nos relacionamos igual con una cosa que con una persona, con la que tenemos otros valores como el respeto, la estima, la colaboración, la admiración". Y luego están los ideales. Ahí entra la parte trascendente, la parte de propósito. "Si yo, como compañía, estoy impulsando un propósito, pero me estoy relacionando desde el utilitarismo, desde el uso y el disfrute, en el que tú eres un número, un recurso, una persona que hoy me sirve, pero mañana no, esa persona no va a conectar con el propósito", afirma con rotundidad la fundadora de Soulsight.

"Diseñamos políticas de bienestar, diseñamos cosas con toda nuestra buena intención y cuando trabajamos con los clientes y acompañamos a profundizar, caen en la cuenta de lo que falla. Y muchas veces es falta de conocimiento, no de voluntad". En Soulsight identifican más un patrón de directivo que de sectores de quienes acuden a ellos. Se trata de personas que están en un Comité de Dirección y que tienen capacidad de cambiar las cosas; personas sensibles, curiosas, con ganas de seguir aprendiendo. Y con fuerza y una inquietud por el legado de ese proyecto. "Es sorprendente la cantidad de Comités de Dirección y la cantidad de equipos que pasan por aquí".

En Soulsight, aunque tienen muchos casos de los que pueden se muestran especialmente orgullosos como Adolfo Domínguez, una compañía que, en estos momentos, está liderada por una mujer, Adriana Domínguez. “Admiro su visión humanista y creativa y su capacidad de aterrizar las cosas en el negocio. Y también Almudena Román, de ING, "que lidera otra compañía que me parece envidiable. Son personas con ganas de hacer las cosas distintas, de hacerlas bien, de hacerlas con mimo".

También relata que hay hombres que tienen una gran sensibilidad como Manuel Terroba de BMW; Quique Huertas, de Liberty Seguros o Juan Serra, de Only You. Pero cree que es importante integrar esas dos visiones, una más de negocio y otra más reflexiva. Por eso, señala que le "gusta tener una mirada más conciliadora, no porque evite el conflicto, pero creo que el conflicto por el conflicto no lleva a ningún lado, pero sí puede ser un tensor creativo para llevarnos a sitios más interesantes. Las buenas relaciones nacen cuando se es capaz de cambiar de opinión".

Sobre el futuro, Carmen contesta “un poco a la gallega”: "Me inquieta o me ocupa más el presente, porque haciéndome cargo y responsable del presente voy a ser capaz de soñar y de visualizar un futuro más potente.

Entonces, ¿el futuro empieza hoy? "Si es desde no tener en cuenta el pasado y el presente para ir al futuro, entonces sí. Porque empezar a trabajar en el futuro no me convence. Tan solo cuando se integra lo bueno del pasado y del presente, los aprendizajes me proyectan hacia la responsabilidad de crear un futuro mejor".

"En los negocios del futuro creo que las empresas tienen que cultivar y cuidar a las personas. El futuro pasa por cuidar", finaliza Carmen Bustos.

Personas que suman Carmen Bustos |  Soulsight

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