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Bound4Blue

11 abr. 2024

En Historias de emprendimiento hablamos con Cristina Aleixendri, cofundadora y directora de Operaciones de Bound4Blue, una empresa cántabra creada en 2014, que ofrece sistemas de propulsión automatizados asistidos por viento que permiten el aprovechamiento de la energía renovable. Bound4Blue tiene dos préstamos ENISA por un importe total de 1.300.000 euros.

"En equipo se llega mucho más lejos y el camino se hace mejor"

Declara que era nefasta en matemáticas, pero se topó en la secundaria con varios profesores que “actuaron de luz y semilla” y la ayudaron a entenderlas, lo que cambió el rumbo de lo que sería su profesión.

En 2017 fue seleccionada como una de las 50 emprendedoras más prometedoras de Europa. Recibió el Premio Forbes 30 Under 30 en 2019 y en 2020 ganó el Premio a la Innovación y el Emprendimiento Femenino de FEDEPE y el Premio Mujer del IET. En 2021 obtiene el Premio Women in Tech Start-Up y en 2022 fue reconocida como Joven Emprendedora del Año por Seatrade Maritime y recibe el Premio Talgo a la Excelencia Profesional para Mujeres en Ingeniería. En 2023, es galardonada con el Premio Nor-Shipping a la Joven Emprendedora y reconocida como una de las "10 Mujeres a Seguir en el Transporte Marítimo".

Con esta trayectoria, la CEO de Bound4Blue está comprometida en el fomento del emprendimiento porque “como nación, qué mejor que emprender para dar solución a los problemas a los que la sociedad se enfrenta” y que “puedan surgir iniciativas buenas para hacer de este mundo un sitio mejor”. 

Desde su punto de vista, “el emprendimiento no tiene nada que ver con el sexo ni con la edad”. Ciertamente, “la gente más joven puede ser que tenga más iniciativa para iniciar proyectos nuevos, pero es también desde la experiencia donde se puede emprender desde otro punto de vista y con muchísimas más herramientas”, declara. Se trata de “mostrar la bondad del emprendimiento a todo el mundo”. 

Su implicación en hacer más sostenible la industria naviera le han llevado a participar en más de 10 proyectos nacionales y europeos, ser inventora de más de 5 patentes en el campo de los sistemas de propulsión asistidos por viento y sus diversas aplicaciones, como la generación de hidrógeno, así como tener la oportunidad de presentar la tecnología que han desarrollado y concienciar sobre el impacto de las emisiones relacionadas con el transporte marítimo en eventos como la COP24 de Naciones Unidas o en el Parlamento Europeo. 

Aunque no sabe cuántas mujeres son inventoras como ella, la realidad es que son pocas las que llegan a la ingeniería y que se dediquen a esta al 100 %, aunque le gusta aclarar que detrás de todas las patentes de Bound4Blue no solo está ella, sino que hay un equipo detrás.

Adelantados al mercado

Cristina rememora los comienzos de Bound4Blue y cuenta que fundó la empresa junto a dos compañeros de la universidad: José Miguel Bermúdez y David Ferrer, también ingenieros aeronáuticos como ella. Lo de la idea de las velas la tuvo José Miguel con su padre, pero enfocada a la industria aeroespacial. José Miguel y David comenzaron su trayectoria en este sector, pero el mercado no estaba preparado, así que el proyecto se quedó en el cajón hasta que la Organización Marítima Internacional comenzó a imponer normas más estrictas y ese fue el momento de retomar la idea, fundar la compañía y arrancar el proyecto.

En 2015 el tema medioambiental no era una prioridad, pero Bound4Blue ya tenía una mentalidad diferente con respecto a lo que se hacía en aquel momento. “De hecho, cuando íbamos a buscar financiación, los fondos de capital riesgo no buscaban proyectos de sostenibilidad”, no como ahora, y sostiene que, en este sentido, sí ha habido un cambio de mentalidad en todos los sectores. Así que, con paciencia, esperaron al momento oportuno —mientras iban desarrollando el proyecto—,  logrando que, para entonces, la compañía ya estuviera preparada.

La financiación también fue otro de las dificultades que tuvieron que abordar, pues el desarrollo de este tipo de tecnologías es intensivo en capital. También la atracción de talento les resultó complicada porque “había que convencer a la gente de que se uniera un proyecto incipiente y éramos tres o cuatro personas a las que nadie conocía”. Por otra parte, el mercado en ese momento ni se planteaba volver a usar el viento como solución, y las conclusiones que sacaron de las conversaciones con los futuros clientes no eran demasiado halagüeñas para desarrollar el producto, así que confiesa que “íbamos a ciegas tratando de ver hacia dónde teníamos que dirigirnos”.

Impulsar el mundo con energía eólica

Probablemente, cuando hablamos de velas, todos nos imaginamos las del capitán Jack Sparrow, de la película Piratas del Caribe, dice la CEO de Bound4Blue riendo, pero “nuestras velas son rígidas, están hechas de acero naval y funcionan de forma completamente autónoma, algo parecido a lo que podría ser el ala de un avión”.

La idea es simple: cuando impacta el viento en el sistema, se genera una fuerza de propulsión que es lo que permite que el barco sea propulsado. La fuerza de propulsión que da la vela no viene del motor principal y así se reduce el consumo energético. “Utilizamos el viento, que es un recurso gratuito, renovable e ilimitado, pudiendo generar hasta siete veces más empuje de lo que lo haría un avión y ofreciendo un menor coste de mantenimiento, de combustible e incluso sin necesidad de entrenar a la tripulación, pues solo es necesario apretar un botón, además de los beneficios que suponen tanto para la compañía como para el planeta”.

La tecnología de succión que emplean para los barcos viene de los años 30, en los que la NASA trató de aplicarla a las alas de los aviones, pero no lograron que funcionara correctamente, por lo que se abandonó la idea.

Posteriormente, en los años 80 se intentó aplicar en el sector marítimo y se implantó la que fue la primera vela de succión en un barco. “De hecho, de los tres inventores de esta tecnología, el que queda vivo se ha unido al equipo de Bound4Blue para seguir desarrollando el producto y mejorándolo”. “Nosotros lo que hemos hecho ha sido usar ese mismo concepto de la NASA en los años 30 y de los años 80 en el sector marítimo, mejorando la aerodinámica, el sistema de control y los sistemas a nivel estructural y mecánico, permitiéndonos así llegar a unidades de mayor envergadura”, señala Cristina Aleixendri.

100 % made in Spain

Bound4Blue cuentan con clientes en Holanda, Francia, Japón, Noruega y España. “Para ellos, el hecho de disponer de un sistema como el nuestro es un alivio, teniendo en cuenta todas las regulaciones a las que se tienen que enfrentar ahora a nivel regulatorio”. Y es que, tanto la Organización Marítima Internacional, que tiene sus propias regulaciones, como la propia Unión Europea han desarrollado normativas más estrictas. Por ejemplo, “cualquier barco que pare en aguas europeas, tenga puerto de destino o salida europeo, tiene que pagar por las emisiones de CO 2 , lo que supone un impacto en su cuenta de explotación tremendo”.

Por tanto, para enfrentarse a este problema, es necesario implantar medidas como usar combustibles limpios o menos combustible. Sin embargo, los combustibles limpios no existen a un precio asequible y los pocos que existen, realmente no están creciendo mucho en volumen. “Tan solo el 14 % de la energía en el mundo se produce de forma renovable al 100 %”. “Usar esos combustibles, por mucho que cuesten más, no es una solución, por lo que esta pasa por usar menos combustible y la forma de hacerlo es con otras fuentes de energía como el viento”. Esto, al final supone un ahorro en combustible, la obtención de mayores beneficios y poder seguir invirtiendo en nuevas tecnologías.

La vela de Bound4Blue es 100 % española y fabricada enteramente aquí. “Para mí personalmente es un orgullo porque creo que la industria es un eje muy importante para el crecimiento de España como país”, afirma la cofundadora de Bound4Blue. También comenta que es necesario volver a traer proyectos a nuestro país y desarrollarlos y fabricarlos aquí, creando nueva industria y apoyándose en la que ya existe, como en su caso, la del sector eólico, en la que España es puntera a nivel europeo. Como lo es igualmente en el sector marítimo, en el que, por cierto, Europa ha perdido relevancia: “Hay bastantes compañías desarrollando nuevas tecnologías que ayuden a la transición energética del sector marítimo, para volver a posicionar a Europa y convertirla en referente de esta industria”.

Aleixendri considera que, aunque a nivel de inversión han recibido mucho apoyo de ENISA, quizás en otros países el volumen de financiación pública que habrían recibido habría sido mayor. Pero para ella, “no solo prima el dinero, sino el propio ecosistema en el que te encuentras, y en España hemos encontrado socios muy buenos con los que trabajar”.

Por eso, piensa que no ha sido perjudicial desarrollar su proyecto y su compañía aquí. Quizás puede resultar paradójico haber descartado la posibilidad de irse a Estados Unidos, donde el acceso a la financiación es mayor, pero Cristina cree que no era su mercado y que tenían muy claro que Europa era lo mejor y, en particular, España —¿por qué no?—, donde han recibido el apoyo que necesitaban, también a nivel regional por parte de Cantabria, en la que esta industria es muy potente. 

Con relación a su producto, hay otros competidores lo que “es bueno, porque significa que no somos los únicos locos pensando en esto”. Hay otros desarrollando este tipo de sistemas con otra clase de tecnologías que aprovechan también el viento para propulsar los barcos, “pero funcionan de forma diferente”. Si bien, destaca que quieren posicionarse como “la tecnología que ofrece el mejor rendimiento tanto a nivel técnico como de costes”.

"Innovar no es cuestión de tener nuevas ideas, sino de desechar viejas convicciones y cambiar los paradigmas"

En Bound4Blue declaran que “innovar es cuestión, de cambiar el paradigma y su CEO explica que “la innovación ocurre cuando implementas lo que estás desarrollando. A veces, la gente innova, "haciendo cosas muy curiosas que nadie ha visto, pero quizás no resulta tan clara su aplicación a la sociedad y a la resolución de problemas concretos". Cristina recuerda que cuando presentaban su producto oían cosas por parte de inversores e incluso de gente técnica tales como “no va a funcionar; esto traspasa la física…”, pero cuando lo desarrollaron, se confirmó claramente el ahorro en costes y la efectividad de la solución. ”Es entonces cuando la innovación ocurre”.

"La tecnología, dice la CEO de Bound4Blue, en realidad, es un puente; un medio como cualquier otro”. “A veces, la solución a los problemas puede ser tan simple como volver a los orígenes, en este caso,  volver a usar el viento. Si lo pensamos bien, el sector marítimo nació siendo 100 % sostenible y se ha convertido en un sector 100 % contaminante. Por eso, estamos intentando inventar nuevas tecnologías para que los barcos se muevan de forma sostenible". En el origen está la solución y "en este caso, la tecnología es necesaria para diseñar un concepto antiguo”, subraya.

Como empresa española confirma que no les ha costado introducirse en el mercado internacional, pues fuera se piensa que España tiene un buen nivel de desarrollo de tecnología y buenos profesionales. 

La importancia de la financiación pública

En lo relativo a lo que los inversores aprecian más de un proyecto, Cristina recalca que “lo más importante es el equipo. Puede sonar bastante ideal, pero la verdad es que un buen proyecto llevado por un mal equipo no va a ningún sitio. Y un mal proyecto con un buen equipo puede ir muy lejos también. El equipo es primordial”.

El equipo de Bound4Blue actualmente está conformado por cuarenta y cinco personas, aunque esperan llegar a las 70 a final de año, y se encuentra a caballo de Cantabria, Barcelona y una pequeña delegación en Singapur con carácter más comercial, “aunque la parte de innovación y desarrollo permanecerá en España”.

En el caso de las inversiones que la compañía ha recibido, matiza que también depende de la etapa de la empresa. En los inicios lograron convencer con un PowerPoint y el equipo que tenían, después a través de la trayectoria y los hitos alcanzados con un producto ya implantado y testado.

Bound4Blue obtuvo dos préstamos de ENISA por un importe total de 1.300.000 euros. El primero de ellos les ayudó a desarrollar los primeros ensayos en el mar y a llegar al mercado. El segundo, ya con los primeros prototipos instalados, les facilitó abordar nuevos hitos de desarrollo, la coinversión con otros inversores privados y la atracción de nuevos inversores. “En proyectos industriales como estos la inversión pública es muy importante para dar credibilidad y apoyo al proyecto. El respaldo de ENISA como el del Gobierno de Cantabria han sido claves. La financiación pública es fundamental para el desarrollo de proyectos industriales”.

Su reto: convertirse en estándar de navegación marítima

La compañía tiene varios premios importantes y reconocimientos que para el equipo supone una reafirmación de que lo están haciendo bien y “una obligación para seguir innovando y aportando las soluciones necesarias al sector”.

En este momento, cuentan ya con tres barcos que han implementado su tecnología, más de cuatro proyectos en marcha y la firma de nuevos contratos. Su reto, ahora mismo, es seguir avanzando para que esta tecnología llegue a más lugares y que se convierta en un estándar de navegación marítima para construir un mundo mejor. Esto significa seguir creciendo como equipo, innovando y desarrollando nuevas líneas de negocio asociadas a la propulsión eólica.

Cristina Aleixendri comenta que en su caso hubo algo de “locura” cuando se lanzó a la aventura de emprender: “Si mi yo de hoy le dijera mi yo del pasado, si volvería a hacerlo, creo que le diría que no, de lo duro que ha sido llegar hasta aquí. Aunque es muy gratificante, mi yo del pasado se asustaría, seguro”. Y desde luego, recomienda no hacer solo el camino del emprendimiento, “pues hay muchas subidas y bajaditas”. “Quizás se llegue mucho más lejos emprendiendo solo, pero seguro que va a ser mucho más duro y aburrido. Mientras que, en equipo, al final, remando todos juntos, aunque vayas más lentito, se llega mucho más lejos y el camino se hace mejor”.

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