30 ago. 2019
Durante el pasado mes de junio, y como responsables de ENISA, tuvimos la oportunidad de participar en el Workshop organizado por la Fundación Rafael del Pino y la “Sloan School of Management” del “Massachustts Institute of Technology (MIT)” en las ciudades de Boston y Cambridge (EEUU).
El Workshop tenía, por nombre y objeto, la disertación en torno a las actuales fronteras de la innovación y el emprendimiento. Este ámbito es en sí mismo una de las responsabilidades de Enisa, como instrumento público del Ministerio de industria, Comercio y Turismo del Gobierno de España, y, sin duda, un tema de máximo interés para conocer “in situ” en el centro de uno de los ecosistemas líderes a nivel mundial.
Queremos agradecer en primer lugar a la Fundación Rafael del Pino la invitación a Enisa a participar en dichas jornadas, que nos reunieron a diferentes responsables, tanto del ámbito público como del ámbito privado. Cabe destacar de ellas un nivel muy alto de calidad académica, una experiencia de grupo muy positiva y una sensibilidad excepcional del equipo de la fundación para que todo funcionara a la perfección.
El MIT es un lugar de excelencia académica, reconocido a nivel global también por su capacidad de transferir conocimiento al sector productivo, generando riqueza y crecimiento. Un objetivo que, sin duda, perseguimos y trabajamos igualmente en España y en el conjunto de la Unión Europea para seguir siendo competitivos y mantener y mejorar nuestro bienestar social en el actual contexto económico global. Un escenario complejo y cambiante, marcado principalmente por la revolución digital, el exponencial avance tecnológico y las nuevas realidades sociales entorno a los retos de género y demográficos. Además, por supuesto, de factores coyunturales de gran complejidad como el Brexit o las guerras comerciales entre potencias mundiales.
En la búsqueda de este objetivo, podemos encontrar diferentes modelos en todo el mundo. Y analizando los de mayor éxito, encontraremos siempre dos factores comunes: el alto nivel de conocimiento y capacidad de absorción y transferencia del mismo y, por otro lado, una economía de sólida base industrial (en diferentes y cambiantes formas) que permite impulsarlo económicamente y que se retroalimenta a su vez del mismo.
Y específicamente, como responsables de una institución pública, no podemos dejar de poner el foco en el papel de la Administración en estos modelos. Un papel que todos los países y gobiernos desarrollan de una manera más o menos proactiva y más o menos visible. También en el modelo norteamericano, vivido estos días en el MIT, el Estado ha sido fundamental, especialmente en la financiación de la I+D y en la promoción social del emprendimiento. Este es un caso claro de intervención pública discreta pero firme. El protagonista de la historia de éxito norteamericana es la empresa privada pero ésta no sería nada sin tener detrás un apoyo público incondicional.
En el caso de Europa, en cambio, esta intervención de lo público es más visible. El bienestar colectivo y el cuidado de los bienes públicos son bandera de nuestra cultura, así como la libertad individual lo es de los EEUU. Al igual que allí con el suyo, deberíamos entender este nuestro valor, el de lo colectivo, no solo como factor de progreso social sino también como el factor competitivo diferencial respecto a otras zonas del mundo. El respeto al planeta y a las personas implicadas en cada negocio, el impacto de nuestras actividades económicas en la comunidad y la integración de todos y todas en el sistema son valores relevantes (no necesariamente económicos) de nuestros productos y servicios. La innovación en nuestras empresas haría bien en orientarse hacia estos valores, ahora muy bien identificados con los 17 objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, si quiere tener un impacto en la competitividad.
En conclusión, la capacidad de adaptación al cambio y la voluntad de encontrar el propio modelo productivo marcará sin duda el futuro de nuestras sociedades. Para ello el primer paso es, como hicimos el pasado mes de Junio en Boston, conocer y analizar la realidad de los diferentes modelos, buscando y tratando de implementar el más adecuado para nuestro país. Algo con lo que Enisa está plenamente comprometida y en lo que colabora activamente como parte de la estrategia del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno de España.
José Bayón López y Jordi García Brustenga