Entrevista a Oriol Fuertes (Fundador y CEO de Qida).
Por Sofía Pérez
El Fondo de Impacto Social (FIS), gestionado por Cofides y vinculado al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, cuenta con 400 millones de euros procedentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y del mecanismo europeo NextGenerationEU. Su misión es clara: impulsar proyectos que generen un impacto social y medioambiental real y medible. Con este instrumento, el Gobierno quiere fortalecer el ecosistema de impacto en España y dar respuesta a retos tan urgentes como la salud mental, la atención a personas mayores y dependientes o la inclusión de colectivos vulnerables.
En su primera inversión directa, el FIS confiará en Qida, una empresa emergente española que ofrece atención sociosanitaria en el hogar. Su modelo combina cercanía humana y tecnología para mejorar los cuidados y escalar su impacto. El fondo también apoyará a la Fundación Manantial, que trabaja para mejorar la vida de personas con problemas de salud mental y discapacidades asociadas.
Lograr este reconocimiento no ha sido fruto de un día. Oriol Fuertes, fundador y CEO de Qida, explica que la idea surgió tras una década en consultoría estratégica para gobiernos: “para que el sistema sanitario y social sea sostenible, hay que reducir su uso. ¿Cómo? Mejorando la calidad de vida en casa”. Así nació, en 2018, con un objetivo claro: maximizar los días de buena calidad de vida en el hogar. Su enfoque se resume en la triple M: más personas, más tiempo y más calidad de vida en casa.
Una gran idea hecha realidad, y que posiciona a Qida, como una aliada en este sector de gran impacto económico y social. Su día a día se centra en atender los cuidados privados y públicos, en la prevención – ha creado el primer seguro privado del mundo para Alzheimer, Parkinson, ELA y esclerosis múltiple-, y en la atención domiciliaria en la que ha invertido en tecnología de monitorización e intercambio de información con el sistema público. Para cerrar su círculo ha ideado productos y servicios para vivir en el hogar.
Pero ¿cómo se mide el impacto real de Qida? Oriol lo describe en tres niveles: “personas, profesionales de los cuidados y el sistema público. Se mejora la calidad de vida, se ofrece mejores condiciones y formación a las y los profesionales y se reduce costes gracias a la prevención y atención domiciliaria”.
Un propósito desde el principio
Además, Qida también sabe que su buen hacer y su éxito se debe a un requisito indispensable. El de emprender con impacto. “Hay que contar con intencionalidad, tener claro el propósito desde el inicio y rodearse de talento que crea en el proyecto”.
Y nada como centrarse en el sector público para seguir andando ese camino: al apoyo de Enisa y Sepides, Cofides se ha sumado a la apuesta.
Pero lo público nunca es independiente de lo privado. Oriol, remarca la importancia de la colaboración entre ambos sectores. “Gracias a estas sinergias, se refuerza la confianza en el proyecto y en su capacidad para transformar el sector de los cuidados. Este apoyo previo muestra cómo las políticas públicas de innovación y la inversión de impacto pueden ir de la mano”.
El consejero delegado de Qida también explica cómo contar con este respaldo aporta credibilidad y estabilidad: “Nos da un sello que valida que lo que hacemos es relevante para la sociedad. Es muy gratificante recordar la llegada de Enisa en nuestra fase inicial donde necesitábamos flujo de caja. Llamamos a sus puertas dos veces: en 2019 y 2021”.
Desde entonces Qida ha demostrado que es posible hacer las cosas rápido y mejor. Porque el verdadero cambio no se mide solo en tecnología, sino en innovación y capacidad para transformar vidas. De la innovación al cambio social, ese es el camino que sigue Qida cada día.
En apoyo a los cuidados
Hasta la fecha, Enisa ha financiado 88 proyectos del sector sanitario y de servicios sociales por 5 millones de euros, lo que incluye proyectos innovadores en cuidados, salud digital y biotecnología. Este apoyo demuestra cómo la financiación pública puede acelerar la transformación del sector de los cuidados, fomentando soluciones que mejoran la calidad de vida y la inclusión social. Y es que financiar también es cuidar y mejorar la sociedad.
Además, el PERTE de Economía Social y de los Cuidados, enmarcado en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, busca reforzar el papel de la economía social y promover modelos de cuidados centrados en las personas, con especial atención a la innovación y la digitalización. Este enfoque está alineado con la misión de Enisa y con iniciativas como el Fondo de Impacto Social (FIS), que financia proyectos con impacto social y medioambiental real.
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