El pugilista startapero que ha dejado KO a los gimnasios de toda la vida

28 ene. 2025

Entrevista a Pablo Nebrera, CEO y cofundador de Brooklyn Fitboxing

Por Sofía Pérez

Hacer de la necesidad virtud. Esa podría ser la fórmula que resume el éxito de Pablo Nebrera, el alma mater de la cadena de gimnasios de boxeo sin contacto que causa furor más allá de nuestras fronteras. Los más de 200 locales abiertos en España, Italia, Francia, Portugal, Rusia, Alemania, México y Argentina, dan fe de su triunfo.

Y es que, este ingeniero industrial nacido en 1975, después de estudiar en la Universidad Pontificia de Comillas ICAI y dedicarse a la consultoría durante tres años en Oliver Wyman, decidió cambiar de rumbo profesional y liarse la manta a la cabeza. Estudió un MBA en el INSEAD que le abrió el apetito por un mundo que le había atraído desde siempre: el del emprendimiento. “Entre 2003 y 2004 monté diferentes proyectos relacionados con la salud que no terminaron de funcionar”, afirma Nebrera.

Ahí empezó a darse cuenta de que o entrenaba un músculo muy específico o su vida como emprendedor le iba a costar además de un divorcio, más sangre, sudor y lágrimas de lo que le gustaría. “El principal músculo que tienes que desarrollar cuando emprendes es la resiliencia. Cuando empiezas a emprender, la ilusión está arriba y piensas que te va a ir siempre bien, que vas a dar un gran pelotazo. Por eso empiezas a emprender. La realidad es dura y siempre surgen problemas y la capacidad de afrontarlos y llevarlos a oportunidades depende de esta resiliencia”, declara.

Resistir en el emprendimiento
Y desde luego, la suya estaba hecha a prueba de bombas. Un año después, en 2005, se topó con una nueva oportunidad para emprender: “La del mundo de los gimnasios para mujeres”. Así que volvió a darse una nueva oportunidad. “Fundé el primer centro de fitness femenino en el madrileño barrio del Pilar. Se llamaba 30 Minutos”. Una aventura que funcionó muy bien desde el principio. Sin embargo, al cojear en el boca-oreja el crecimiento de la marca se vio afectado y, al llegar la pandemia, se vino abajo.

Pero como para Pablo Nebrera el ’no’ es lo más cercano al ‘sí’, continuó buscando la idea con la que seguir su camino personal y profesional. “Siempre tuve claro que no quería entregar en mano un curriculum vitae para trabajar para alguien. Quería ser mi propio jefe y trabajar para mí”. 

Así fue como, de una experiencia cercana a la violencia machista y “de los errores detectados en 30 Minutos” dio con la clave en 2014 de la que hoy es su gran motivación: Brooklyn Fitboxing. “Para mí el boxeo es la actividad sobre la que se basa el fitboxing. Se trata de una modalidad apoyada en el boxeo, pero muy enfocada en el fitness y en llenar de energía la vida de la gente. Se puede innovar creando una experiencia cada vez más potente que haga que quien vaya a nuestros gimnasios se enganche al entrenamiento. Nuestro objetivo es que se entrene dos o más días a la semana de manera recurrente. Lo que intentamos es crear capas de experiencia, haciéndolo atractivo y que enganche cada vez más”.

Visto el éxito de la expansión internacional de la marca, la idea funciona a la perfección. “En nuestros centros se mezclan rounds de boxeo sin contacto en sacos inteligentes con entrenamiento funcional. Una experiencia totalmente innovadora en la que no falta ni la música ni la gamificación. Otorgamos puntuaciones al final de cada sesión”, cuenta Pablo Nebrera.

Un triunfo que no sería tal sin la compañía de alguien muy especial: su segunda mujer. “Mi mejor golpe, usando términos de boxeo, ha sido encontrar en mi vida a Cristina. Ella es quien me ha motivado, me ha acompañado y la que me ha sacado de los momentos complicados”, subraya. 

Y hablando de compañías, el CEO y cofundador de Brooklyn Fitboxing añade otra que también es parte de su aprendizaje y de su éxito: la de su equipo. “Sin él es complicado crecer y crear un buen modelo de negocio. Cada persona que se contrata tiene que ser potente, involucrarse con el proyecto y ser parte de la base de lo que va a ser el equipo del futuro”.

Por último, preguntado acerca de cómo le ha ayudado Enisa en su negocio, Pablo responde que gracias a su financiación “ha conseguido poner en marcha toda la parte de expansión internacional. Ha sido una pieza fundamental de financiación porque estábamos empezando a escalar y necesitábamos un poco más de gasolina. Nuestro préstamo nos ha servido para abrir en Alemania y nos ha permitido crear los mercados del futuro”.

Como dice este emprendedor, su meta va más allá de la facturación: “En Brooklyn no tenemos objetivos de facturación, es más un objetivo sino de venta. Preferimos ir creciendo de manera sólida, generando buen nivel, porque es un modelo de negocio de franquicias. Si creces sin generar ventas estás haciéndolo sin generar rentabilidad en los clubs. Este año la red facturará en torno a los 40 millones y en tres años deberíamos estar facturando entre 65 y 70 millones”, concluye.