Parclick

"Parclick empezó a funcionar al límite. Enisa llegó en el momento justo."

Luis París

CEO de Parclick

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Parclick

Parclick es un portal de internet que ha nacido con el objetivo de dar soluciones de aparcamiento a todas aquellas personas que van en coche. Ha sido financiada por Enisa en dos ocasiones a través de la línea Jóvenes Emprendedores, por importe de 48.000 € en 2011, y de la línea de Competitividad, por importe de 100.000 € en 2014.

31 de marzo de 2015

¿Cómo surgió la idea del negocio?

Los inicios están en un concierto de U2 en el otoño de 2010, en San Sebastián. Fue la típica escapada que monté el fin de semana con mi mujer para ir al concierto y todo se planificó en torno a esto. Tengo amigos allí y el concierto era a las siete. Comimos con ellos y luego, mi mujer dijo: “Vámonos que tenemos que llegar temprano”. No había manera de poder aparcar en un sitio próximo al concierto y, aunque la ciudad no es muy grande ni caótica en el tráfico, llegamos 45 minutos tarde por no poder conseguir aparcamiento. Después de montar una escapada de fin de semana solo para eso, yo en ese momento, hubiera pagado 50 euros por poder aparcar, por poder soltar el coche. Tuvimos que dejar el coche a ocho kilómetros y andar.

Eso coincidió con el periodo en que yo estaba haciendo un Executive MBA en el IESE y en la asignatura de Emprendedores teníamos que montar un plan de negocio y convencí a mi equipo de que esta era una oportunidad muy interesante porque había una necesidad clara de mercado que yo había sufrido en carne propia. Y montamos el plan de negocio en torno a la reserva de plazas de parking para grandes eventos con Luis Cabiedes, el profesor que nos daba la asignatura.

Sin embargo, Parclick no nace hasta diciembre de 2011. De hecho, el proyecto estuvo archivado seis o siete meses. Sin pedirle permiso a ninguno de mis compañeros con quienes lo hice, lo llevé al Startup Weekend, que es una experiencia útil para que los participantes evalúen si sus ideas de negocio son viables, y llevarlas a cabo hasta su máximo potencial. El evento se desarrolla en un fin de semana y durante el mismo se trabaja con personas de distintos perfiles (principalmente desarrolladores de software, diseñadores gráficos y personas con interés en los negocios), que se reúnen en equipos alrededor de una idea para convertirla en realidad y crear una empresa con presencia en internet. Yo partí con ventaja porque llevaba el proyecto ya hecho, pero bueno, fuimos, lo presentamos y ganamos. Para mí fue muy sorprendente que ganáramos la edición de Madrid 2011.

El Venture Capital, que fomenta el emprendimiento en todo el mundo y financia algunas de las ideas que surgen en estos eventos en casi 400 ciudades, nos llamó y nos dijo: “Esto nos ha gustado y te doy 30.000 dólares por el 20%”. Claro, en ese momento nos quedamos impresionados, pero no aceptamos. “No voy a ceder ese tanto por tan poquito”, pero piensas: “esta gente tiene un flujo de operaciones mundial… ¿Qué han visto?” Y eso fue un poco la chispa. 

Luego ya se lo conté a mis compañeros de clase. Le dimos una vuelta al proyecto para presentárselo a este inversor y eso al final generó esa cohesión para poder dar el pistoletazo de salida.

Lo que es Parclick a día de hoy no tiene que ver con esto, de hecho, este modelo no funcionó del todo. Esta era la idea original y luego evolucionó, pero lo hizo después de que nos dimos una bofetada. El fracaso es una gran escuela.

¿Cuál ha sido vuestra trayectoria, los principales hitos de Parclick?

La primera torta dura que nos pegamos fue con la contratación de un desarrollador para la página web. Negociamos muy fuerte con él, tanto, que el pobre dijo: “Esto no me sale ya a cuenta, quédate con tu proyecto”. Y por apretar tanto en costes lo ahogamos y nos cayó un marrón espectacular, además de que nos supuso una enorme pérdida de tiempo. Tuvimos que cambiar de empresa y modificar absolutamente todo… Parclick se había fundado en diciembre de 2011 y una plataforma que en febrero debía de estar rodando, no lo hizo con fuerza hasta mayo.

Lo que había pasado es que no dominábamos el mundo online, el marketing online y lo subestimamos y tampoco conocíamos el sector del aparcamiento. Sencillamente teníamos una idea y nos pusimos manos a la obra, pero hace falta tener un mayor conocimiento de las cosas.

El siguiente hito fue la captación de los primeros aparcamientos y trabajar con este primer modelo que no funcionó. En este sentido, el primer aparcamiento que cree en la empresa es muy relevante.

Al no tener activos en mi balance ni ser dueño de un aparcamiento, el acuerdo con el parking es el siguiente: “cuando hay un gran evento, por ejemplo, un partido de fútbol, tú te llenas y de media sacas 10 euros por tres horas”. El negocio es: “permíteme venderlo a 19 euros”, porque estos son momentos pico donde hay más demanda que oferta, y esos 9 euros adicionales vamos mitad y mitad, de forma tal, que por lo mismo sacas 14,5 euros y yo 4,5 euros.

Curiosamente ese modelo no falló por clientes, como en la mayoría de startups. Sí que había gente dispuesta a pagar por ello, pero lo que ocurrió fue que las operaciones nos mataron. Nosotros ya habíamos pensado que se formarían colas tras la reserva en los aparcamientos. Imagínate que juega el Madrid: están entrando los coches en un aparcamiento, se hace una cola y el cuarto que no tiene reserva, pero el coche que está detrás sí que tiene, ¿cómo entra? Pensamos y le dimos solución. Lo que no nos imaginábamos era el cabreo de las otras personas que no tenían reserva al ver que uno se les colaba y eso pese a que pusimos carteles, pancartas… Es que no se te está colando, es que ha pagado, ha reservado. Y esto funciona siempre y cuando no cabrees a los clientes y eso fue lo que pasó, que los aparcamientos nos decían:”lo entiendo, estoy haciendo más dinero contigo, pero es que estoy cabreando a un gentío y se están irritando conmigo”. Y entonces los parking se empezaron a echar atrás.

En ese momento yo ya había renunciado a mi trabajo. Ahora pienso que fui un poco inconsciente, porque ni siquiera negocié ni pacté salida, ni nada. Tenía la deuda de Enisa y había que seguir adelante como fuera y en ese punto tenía que redefinir el modelo de negocio. Yo me había lanzado muy impulsivamente, pero había dejado de funcionar y ahora qué. En 2012 España ya estaba en crisis, con problemas de empleo… Ese primer año fue durísimo. Sobrevivimos gracias a ese Jóvenes Emprendedores de Enisa.

A finales de 2012, ya con casi un año de proyecto, con unas ventas míseras y con los aparcamientos que se querían ir, sabíamos un poco más de internet, conocíamos el sector del parking y nos dimos cuenta de que el verdadero problema del aparcamiento no es ese día que tiene el evento, que es un 2% del tiempo, sino el 98% del tiempo en el que el parking está vacío y ese modelo de negocio sí que es sostenible. Cuando digo vacíos es que están al 35% de ocupación media y además, cualquier aparcamiento vive o de rotación —media hora, una hora, dos horas— o de abonos mensuales.

Desde ese punto de partida llegamos al modelo actual de Parclick. Lo que hacemos es vender abonos multidía de aparcamiento que van entre uno y treinta días y que pueden llegar a tener hasta un 70% de descuento. Estos abonos no obstaculizan las ventas de los parkings y les supone un beneficio marginal, ya que este negocio es de costes fijos.

El modelo es enormemente escalable. De hecho, es mucho más escalable que el prototipo anterior porque no se limita a parkings próximos a recintos de eventos, por lo que va a funcionar para cualquier aparcamiento.

Tenemos varios tipos de bonos, de hecho, uno de los productos que mejor vendemos es un abono de tres días por 45 euros, que permite múltiples entradas y salidas, no solo en un aparcamiento, sino en toda una red de aparcamientos y esto nos ha llevado a enfocarnos mucho a turismo, porque tanto para el turismo interno como para el externo, el producto es muy atractivo.

Además, nuestro modelo de tesorería es bastante atrayente, porque nosotros cobramos el dinero por anticipado —dos meses antes del servicio— y lo pagamos treinta días después. Es decir, que yo me autofinancio con dinero de clientes y eso es una pata fundamental de nuestro negocio que nos ha permitido crecer mucho más rápido de lo que una startup normal, que tiene que estar pendiente de que la paguen, los impagos, etc. A nosotros nos pasa lo contrario: nosotros somos los que tenemos que pagar. Y al estar enfocados a turismo somos muy estacionales y tenemos picos muy altos en tesorería, sobre todo en verano y Navidad. No es dinero nuestro y hay que gestionarlo con muchísimo cuidado, pero igual tenemos 300.000, 400.000 euros así de golpe y luego vuelve a bajar.

¿Cómo es el equipo de la empresa?

Al principio, los socios fundadores éramos tres. Hubo un problema con uno de ellos que se terminó yendo y solo hemos quedado dos de los fundadores iniciales. No obstante, este socio que se fue lo hizo en términos amistosos. Tuvo un problema personal y tuvo que dejar el proyecto.

Posteriormente hemos metido rondas de financiación, etc. y ya somos ocho y ahora entra un fondo de inversión también.

Un elemento a destacar del equipo, y que nos diferencia, es que los inversores han entrado en Parclick en gran parte por la complementariedad del equipo. A nivel de dirección, considero que tenemos un equipo bastante fuerte. Aunque no sea abogado, llevo toda la parte legal y estoy muy metido en ese campo. Tengo un socio, Iván, que le vende hielos a esquimales. Tener una persona con estas características comerciales fuertes, potentes, es fantástico. Y el otro socio, mi director de marketing es una persona que contraté en 2013 y que después de ver la empresa por dentro, dijo: “Esto me gusta mucho” y en la primera ronda de inversión metió 100.000 euros y yo no tenía ni idea de que era una persona con esa capacidad de inversión. Tengo un equipo que realmente se cree el proyecto a muerte.

Una de las cosas de las que estoy muy orgulloso es que, aunque somos veinte, hay seis nacionalidades y cinco idiomas distintos. Gente desarrollando el negocio en Francia, gente desarrollando el negocio en Italia... Ya somos veinte personas en el equipo.


En los ambientes multiculturales el perfil de la gente es diferente en el sentido de que al final, como no estás en tu país o aunque estés en tu país, tienes una mentalidad más abierta a formas diversas de hacer las cosas, a puntos de vista diferentes. Esto no es ni bueno ni malo, es una forma. Como yo vengo de muchas multinacionales en las que siempre hemos sido gente así, me parece lo normal y me gusta. En el equipo hemos hecho mucho énfasis, aunque no siempre ha salido bien, porque hemos tenido gente tan diferente que muchas veces han terminado chocando. Pero nuestra filosofía es que antes de tener un equipo plano yo prefiero confrontación, que haya ciertas tensiones—somos diferentes y vemos las cosas de distinta manera— porque eso genera soluciones distintas.

Háblanos de vuestra apuesta de valor y de lo que os diferencia

Tenemos competidores que nos han copiado ya dos o tres veces. Parte de los riesgos de este negocio es que las barreras de entrada son muy bajas. Alguien monta una web de aparcamiento y empieza a hablar con parkings y los convence y automáticamente puede empezar el negocio. Pero aquí lo que prima es la velocidad y por eso hemos sido muy agresivos con las rondas de inversión. Hemos cogido bastante impulso.

Con respecto a los competidores, una de las principales cosas que nos diferencia es que traemos resultados muy rápidos al parking, en el sentido de que somos muy buenos en marketing online. Cuando al aparcamiento le toca la puerta otro competidor puede estar más o menos abierto, pero siempre lo va a comparar con la capacidad de resultados nuestra. Y cuando es buena, eso genera una barrera invisible.

Entre nuestros clientes está la cadena BSM de aparcamientos del Ayuntamiento de Barcelona, cuyos ingresos a través nuestro van directos a su beneficio. También tenemos un acuerdo con Saba España (Grupo Verti) y ha funcionado tan bien que el de Italia y Portugal dijeron: “Yo también quiero”. Saba Italia supone el 30% de nuestra facturación y ahora mismo estamos presentes en Italia, Francia y Portugal. 

Descríbenos las principales oportunidades y dificultades en la trayectoria de Parclick

Sin duda, la financiación ha resultado fundamental, sobre todo en los inicios, tras ese año de no vender nada. Por otra parte, resulta muy peligroso subestimar al mercado. 

Me gusta la frase: “No sé lo que no sé”. Al final, cuando ignoras cosas que deberías saber hacer, de una manera u otra acabas siempre pagando los platos rotos. Conocer el mercado es fundamental, crítico para el negocio.

¿Qué os supuso la financiación de Enisa?

La financiación de Enisa fue el empujoncito que necesitábamos. Insisto, más el Enisa Jóvenes Emprendedores que el posterior de Competitividad; porque el segundo préstamo aunque de mayor cuantía —sin querer parecer prepotente—, creo que lo habríamos conseguido de otra manera; pero el préstamo inicial no los hubiéramos conseguido de ninguna forma.

Ahora estamos cerrando la segunda ronda, pero el dinero más difícil de todos —y, en total, hemos obtenido un millón y pico aproximadamente más deuda— fueron aquellos primeros 48.000 euros; los más críticos porque en ese momento nadie apuesta por ti.

En aquel momento, consideramos la alternativa de otra ronda de inversión, en la que los socios pusieran otros 100.000 euros y en la que me habría diluido más. Cuando arrancamos el proyecto, los socios invertimos 15.000 euros y no quisimos añadir más; también había que vivir y gestionar los riesgos.

Parclick empezó a funcionar al límite. Enisa llegó en el momento justo. Si hubiera tardado tres meses más…

¿Cómo ves a Parclick en un futuro?

Creo que uno de los problemas que tenemos aquí —soy venezolano, pero llevo más de trece años en España, mis hijos son españoles y me siento muy de aquí— y del que también formo parte, es esa mentalidad de no creer lo grande que realmente uno puede llegar a ser y ser capaz de interiorizarlo. Es falta de confianza, porque puedes crear un negocio y montar algo potente en España, pero tener la visión desde el principio de “somos capaces de montar algo que vaya más allá de España, que vaya más allá de Europa y que sea el líder mundial…”. Insisto, soy el primero al que cuesta muchísimo tener esa visión: “Bueno, somos lo que somos y tampoco vamos a llegar a…”. Nos autolimitamos en exceso y eso termina por reflejarse en los resultados.

Parclick nació con la visión de ser líder europeo del parking online y dominar ese mercado. Quizás no sea suficiente. No significa que lo vayamos a hacer mañana; pero por qué no querer ser número uno a nivel global, en Asia, en América, y trabajar con esa visión.

Hice un curso hace un par de años en Harvard School, llamado Launching Ventures, enfocado a la fase inicial de las empresas. Técnicamente no aprendí nada que no me supiera ya, pero los profesores me desafiaron a cambiar de mentalidad. Eran todos emprendedores y casi todos CEOs y nos decían: “No montes una empresa para que mañana te la compre el americano. Monta una empresa para ser tú el que compre al americano”. Y como te choca mucho, reflexionas: “Pero ¿cómo voy a pensar yo en ello?” De hecho, uno de los profesores me dijo: “Esto tiene muy buena pinta. Si tú necesitas tanta velocidad, ¿por qué no buscas otras alternativas como comprar una empresa fuera?” “¿Cómo voy a comprar yo una empresa?” “Tú que tienes esa capacidad técnica para hacer los numeritos, haz el caso financiero y si sale, sale... Hazlo. "Go for it".

Vamos a hacerlo, vamos a intentarlo. Es difícil porque veo a Parclick como líder europeo grandísimo y con mucha fuerza, pero todavía no soy capaz de verme llevando una compañía global. Y esa es una de las grandes diferencias que yo creo que tienen los americanos con nosotros. Espero en el camino poder ir creciendo para tratar de conseguirlo y aprender a ser más ambicioso. Todavía creo que no lo soy lo suficiente.

La analogía que siempre hacemos con el negocio es que esto es como comprar entradas para eventos por internet. Hace veinte años ni se te ocurría que pudieras hacerlo desde el móvil, desde casa… Ibas a la taquilla y comprabas o llamabas a la agencia. A día de hoy, muy poca gente va a la taquilla. Nosotros pensamos que eso es lo que va a pasar con el aparcamiento: que lo que sea un poco más planificado no va a ocurrir en la taquilla, sino que va a ser todo online. Queremos aprovechar esa posición de liderazgo y ser el actor de ese cambio —aparte de que tengo la profunda convicción de que, seamos nosotros o no, eso va a ser así—. El online parking va a venir sí o sí y nos guste o no nos guste. Son mejoras que son tan evidentes y tan cómodas que no hay vuelta atrás.

Cuéntanos tu experiencia en BetoBiz, la plataforma colaborativa de Enisa para facilitar la conexión entre empresas financiadas e inversores acreditados. ¿Qué te gustaría encontrar ahí?

Para mí hay una cosa que vale muchísimo, más que redes de inversores y es la experiencia de otros emprendedores. Gente que igual que tú, ha visto cómo se termina el sueño, ha visto cómo desaparecen las opciones… que han vuelto a resurgir, que han vuelto a hacer cosas y que han superado ciertas dificultades… A mí eso siempre me atrae muchísimo, es de las cosas que más me atrae del mundillo emprendedores. Creo que hay demasiados eventos y demasiada teoría…, pero el que viene y te cuenta: “Oye, a mí me pasó esto…”. Eso para mí es lo que más vale.

¿Cuál crees que es la clave del éxito de un emprendedor?

Hay un palabro americano que me encanta que es ‘resilience’, ‘resistencia, adaptación’. Seguir, seguir, seguir… Las tortas van a venir siempre. Seas grande, seas pequeño, tengas mil empleados, tengas dos. Y se va a poner difícil siempre.

Por ejemplo, para nosotros el año 2012 fue un año malísimo y en ese año tan malo yo tuve una oferta firmada para irme a trabajar como director de ventas en Google Irlanda. En mi época en HP hubiera matado por un puesto así. Y esto tras todo un año trabajando en Parclick, que no estaba funcionando el negocio, justo después de que diseñáramos el modelo actual que pusimos en marcha. Y me dije: “Esto tengo que intentarlo. Mi director de marketing siempre cuenta esta historia de cuando él invirtió ese dinero: “Es que este loco se lo cree tanto que, en el peor momento, tuvo esta oferta y la rechazó”. Y en ese instante no te das cuenta de las consecuencias que eso puede tener, pero vas muchísimo más allá de ese momento puntual. Y eso también tiene impacto en la gente, porque también tu equipo te ve de otra manera y percibe que tu nivel de compromiso es realmente otro. 

Para mí el resilience es compromiso, continuar, y también creatividad, innovación, porque al final, tú estás luchando en un mercado con recursos tremendamente escasos. No solamente hablo de dinero, hablo de ser capaz de atraer a la gente, de crear un mercado.

Personalmente este es el mejor trabajo de mi vida con diferencia. Es como cuando el cura dice: “Yo sé que esta es mi vocación”. Pues lo mismo. Yo sé que pase lo que pase, quiebre o sea un pelotazo, el día de mañana estaré montando otro negocio. Lo disfruto y disfruto con la gente que está implicada en la empresa.

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